Ya he hablado sobre por qué es importante cuidar el planeta y cómo el Paleo lo complementa y también sobre cómo podemos cuidar esta tierra al elegir bien nuestras carnes y pescados.
Y ahora vamos con las verduras y frutas.
Lo ideal es comer orgánico. Lo sé, lo sé, “es caro”, me dirás. Pero, al menos en la zona centro de Chile, no es tan así. Hay varios mercados orgánicos en Santiago, tales como la Ecoferia de La Reina, el Mercado Orgánico que se pone los miércoles y sábados en la Plaza Perú y los sábados en Vitacura, el mercado orgánico que se pone afuera del Drugstore cerca de metro Los Leones todos los sábados. Seguramente hay muchos más que aún no conozco. Pero a lo que quiero llegar es que los precios no son atroces. Incluso, muchas veces las verduras con mejor precio que en el supermercado, cuando están en temporada, claro. Si quieres comprar tomates orgánicos en pleno invierno, vas a pagar su peso en oro. No pueh, mijito. La idea es comprar cuando las cosas estén en temporada, y comprar en grandes cantidades para poder preservarlos para el invierno (ya sea congelándolos, fermentándolos o conservar a calor/presión.)
Como dije, lo ideal es comprar orgánico, pero a veces los precios (o las ubicaciones de los mercados y ferias) son prohibitivos para muchos de nosotros.
Pero no te preocupes: no tienes que comer orgánico el 100% del tiempo. Tal vez hayas escuchado hablar de el Dirty Dozen y el Clean 15, o la lista de una docena de frutas y verduras que contienen o requieren de un alto nivel de pesticidas en su cultivo CONVENCIONAL (o sea, no orgánico) y la lista de los 15 que generalmente contienen o requieren muy pocos pesticidas .
Si, es importante que no ingiramos estos químicos tóxicos, pues aportan a la inflamación y la carga tóxica que llevamos, lo que influyen en el desarrollo de muchas enfermedades y las de naturaleza autoinmune en particular. (Pincha aquí para leer más acerca del protocolo autoinmune de paleo para poder tratar estas enfermedades.) Pero tampoco hay que olvidarnos de que los pesticidas aplicados a los cultivos contaminan el suelo, el agua y el aire y que también afectan negativamente a las personas que trabajan con las frutas y verduras.
Según la Organización del Alimento y Agricultura de la ONU, la agricultura orgánica tiene muchos efectos positivos. En resumidas cuentas, beneficia la salud del suelo, el agua, el aire, el cambio climático y la biodiversidad.
El suelo se beneficia mediante la rotación de cultivos, los cultivos múltiples y fertilizantes orgánicos, los que diversifican el flora y la fauna del suelo, se aumenta el ciclo de las nutrientes y la retención de agua y carbono es mejorada, entre muchas otras cosas.
El agua es favorecida mediante la ausencia de pesticidas y fertilizantes sintéticos, y la rotación de cultivos y biodiversidad mejoran la infiltración del agua.
El aire y el cambio climático se ven beneficiados gracias a la prohibición en la agricultura orgánica del uso de aditivos y productos a base de los combustibles fósiles (que producen gases de efecto invernadero) y también por la aumentada habilidad del suelo de secuestrar carbono.
La biodiversidad es apoyada en la valoración de variedades tradicionales de semillas por su mayor resistencia a enfermedades y pestes y el estar adaptados a ciertas zonas. También el combinar animales y plantas mejora el ciclo energético y la mantención de áreas naturales al rededor de los cultivos y praderas mantiene la biodiversidad de la zona.
A medida que voy investigando, veo que hay una controversia sobre si los vegetales y la fruta orgánica tiene mayor contenido de minerales y vitaminas que sus contrapartes convencionales. A mi me hace mucho más sentido que serían de mejor calidad los orgánicos que los convencionales pues, al no usar insecticidas ni fertilizantes químicos, habría que depender de abono animal y vegetal para el suelo, y estos tienen mayor variedad de aportes que un fertilizante químico. Pero aún no he encontrado buena información que apoye un lado del argumento más que al otro.
Tal vez aún más importante que el ser orgánico es que la fruta o verdura que estás comiendo sea de la zona y de temporada. A medida que va pasando el tiempo entre que se cosechó y te la metiste a la boca, las vitaminas y los minerales contenidos en esa fruta se van descomponiendo. Entonces, lo ideal es tener tu propia huerta donde puedes cosechar tus hortalizas y comértelas quince minutos después. O de esas huertas verticales que puedes poner en tu balcón, si vives en departamento. O si no tienes balcón (como yo), puedes tener algunas hierbitas en maceteros en alguna ventana que reciba algunas horas de sol directo durante el día.
Pero si no puedes cultivar tus propias hortalizas, o no quieres, entonces compra de una feria orgánica (ojalá como la que está en Plaza Perú en Las Condes todos los miércoles y sábado, donde puedes comprarle directamente al productor) o de una agrupación como Huellas Verdes. Esta última es una agrícola agroecológica (sigue los mismos estándares que un productor orgánico, pero no tiene la certificación oficial) en Santiago, donde pagas una membresía semestral o anual y también te comprometes a ir una vez por cuarto a la granja a trabajar de voluntario o a dar un taller sobre un tema que le sería útil a la comunidad de inscritos, y a cambio de eso, semanalmente obtienes una variedad de verduras y frutas cosechadas esa misma mañana.
Al elegir productos orgánicos o agroecológicos, estás reduciendo tu consumo de fitoestrógenos (o sea, un imitador del estrógeno que se encuentra en las plantas). Así tus hormonas reproductivas estarán más equilibradas, lo que ayudará a balancear el resto de tus hormonas.
También es importante saber que los pesticidas químicos son inmunotóxicos – tal como uno supondría al ver esa palabra, significa que son tóxicos para el sistema inmune. Hay MUCHO que podría decir al respecto, pero en resumen, los estudios que se han echo han sido sobre la exposición ambientales a pesticidas y no la exposición via alimentos. Pero aunque esos pesticidas en la manzana que me comí al desayuno probablemente no me hagan nada, hubo MUCHAS personas que trabajaron en esa quinta y fueron expuestas a esos químicos, como también lo fueron todas las personas que viven en los alrededores de la quinta que están obligados a respirar el aire contaminado en las fechas en que fumigan los cultivos. Recuerda que los residuos acaban en el suelo y en el agua, llegan al mar y son absorbidas finalmente por las criaturas que ahí viven, que nosotros luego pescamos y comemos.
Y bueno, eso es lo que te quería compartir a cerca de cómo el elegir sabiamente nuestras verduras y frutas puede cambiarnos a nosotros mismos y al planeta.
2 thoughts on “Paleo y sostenibilidad: Elegir tus frutas y verduras es cuidar el planeta”