Las zanahorias fermentadas con jengibre son como el chucrut pero hecho con zanahorias en vez de repollo. Como no tolero ni la lactosa ni la caseína, debo encontrar otras maneras de incluir probióticos en mi alimentación y las verduras fermentadas son la solución perfecta. ¿Por qué es importante incluir probióticos en nuestra dieta diaria? Porque estos alimentos están llenos de cultivos activos de bacterias beneficiosas, los cuales son necesarias para la digestión adecuada la comida que ingerimos y son parte importante de un sistema inmune saludable. Más adelante escribiré un artículo sobre nuestro sistema digestivo y su relación (muy cercana por lo demás) con el sistema inmune.
Esta receta se puede hacer con una variedad de verduras — repollo, zanahorias, betarragas, una mezcla de ellas… Tengo un lote de zanahorias con betarragas fermentando en la despensa. Ya lo quiero probar!! Esta receta está basada en ésta que encontré en Practical Paleo.
Nunca calculo las cantidades para las zanahorias fermentadas — lo hago al ojo no más.
INGREDIENTES
zanahorias ralladas o cualquier verdura (lo suficiente para llenar dos frascos de conserva de 1 litro)
1 cucharada (o más, si te gusta picante) jengibre fresco rallado
1 ó 2 cucharadas de sal de mar
pimienta recién molida
1 cucharadita de eneldo (opcional)
1 cucharadita de semilla de apio (opcional)
Ralla las zanahorias. Agrega un tercio de las zanahorias preparadas a un bol grande y agrégales media cucharada de sal. Aprieta las zanahorias con las manos hasta que empiecen a soltar su juguito. Esto va a tomar unos minutos y algo de fuerza. Añade el segundo tercio de zanahorias y media cucharada de sal y sigue apretando hasta que suelte más juguito. Añade el último tercio de zanahorias y sigue apretando. Agrega el jengibre, el eneldo (si quieres) y la pimienta (a gusto — a mi me gusta harta pimienta), asegurándote que esté todo bien incorporado.
Ahora tienes que meter todo en los frascos. Yo lo hago con las manos — es más fácil de esa manera. Tienes que ir apretando las zanahorias para que no queden burbujitas de aire en los frascos. Cuando quede un espacio de 5 centímetros entre las zanahorias y la boca del frasco, puedes detenerte. Presiona todo bien hasta que haya juguito por en cima de las zanahorias. Ahora tápalo todo con una hoja de repollo, o si no tienes repollo, con acelga u hojas de betarraga, presionando hasta que el jugo tape las hojas de repollo o acelga o betarraga. Pon algo medio pesado en cima de las hojas, como una piedra pequeña y limpia o un pocillito de greda o vidrio. (Se pueden ver, a penas, en la primera foto, en los frascos con chucrut de repollo.)
Pon los frascos sobre una bandeja y déjalos en un lugar fresco y medio oscuro por al menos dos semanas. Cada día o dos, abre los frascos y quita hongos u otras cositas que podrían estarse formando en el jugo. Si ya no queda juguito, agrega un poco de agua. En dos semanas, ¡¡tus zanahorias estarán listas!! A menos que haga mucho frío. Si hace frío, tomará más tiempo, tal vez cuatro o cinco semanas.
Una vez abierto el frasco, puedes dejarlo en el lugar oscuro y fresco o lo puedes meter al refri.
Los gurús del Paleo dicen que el momento óptimo para comer verduras fermentadas es con el desayuno, tal vez media taza o más. Y tienen razón. Un día comí un chucrut bien potente en la tarde, con el estómago vacío, y no me cayó muy bien. Pero cuando lo como junto con mi desayuno, no tengo ningún problema.
7 thoughts on “Zanahorias Fermentadas con Jengibre”