cómo me fue en mi tercer trimestre de no comprar (casi) nada

Cómo me fue en mi tercer trimestre de no comprar (casi) nada nuevo

¡Chiquiiiiiillos, cómo pasa el tiempo! ¡Ya completé mi tercer trimestre de mi desafío de no comprar nada nuevo por un año! Esta cosa de no adquirir cosas nuevas se pone cada vez más fácil con el paso de los meses, como pensé sería el caso.

Por si eres cabeza de pollo (olvidadiza) como yo y se te olvidó de qué se trata mi experimento de consumo mínimo, te dejo a continuación el mismo resumen que escribí al principio de mi informe sobre mi primer trimestre de no comprar nada nuevo:

A  mediados de octubre del 2018, a una semana de haberse publicado el reporte especial del IPCC sobre el cambio climático, decidí hacer un experimento personal/protesta social y no comprar nada nuevo por un año. (Aquí puedes descargar el reporte completo del IPCC, capítulo por capítulo, en inglés.) En mi artículo describí qué se incluiría dentro de “nuevo” – o sea, qué trataría de no comprar durante este año experimental – y qué no estaría incluido.

cómo me fue en mi tercer trimestre de no comprar (casi) nada
foto de David Clarke en Unsplash

Durante estos nueve meses me he tenido que recordar muchas veces que una de las “reglas” que inventé era que no debo enojarme conmigo misma ni juzgarme ni condenarme si por alguna razón sucumbía y me compraba algún objeto nuevo, particularmente si no era algo absolutamente necesario. La idea es replantearme qué significa “necesario”; qué cuenta como algo que “necesito”; cuándo es algo que quiero o deseo pero en realidad no necesito; cómo vivir mi vida de manera aún más sustentable. La idea era NO castigarme cuando decidía comprar algo nuevo… o cuando se me olvidaba que no estaría comprando cosas nuevas durante un año y me llevaba esa cosa que semi-necesitaba para la casa. La idea era motivarme a ser más consecuente con mis valores y ojalá servir de inspiración para que otros también empiecen a cambiar sus hábitos de consumo.

Decidí (a sugerencia de una lectora) irles contando cómo me va en esta nueva forma de vivir con aún menos consumo.

Entonces… aquí vamos con lo que compré durante el tercer trimestre.

 

Regalitos (set de tres cuadernillos y un magneto) para amigos

Cómo me fue en mi tercer trimestre de no comprar nada nuevo
magnetos magnetos magnetos por doquier (foto de Sonyo en Unsplash)

Estuve de viaje en abril y mayo y, como en Chile es prácticamente un requerimiento cultural traerle recuerdos de tus viajes a tus amigos, hice el esfuerzo de buscar recuerdos gratuitos para traerles a unas pocas personas (conchas pequeñitas que recogí en una playa, por ejemplo). Pero estos dos regalos nuevos que compré fueron solicitados específicamente por dos amigos, y sentí que no podía decirle que no a uno de ellos porque no había podido traerle lo que me habían pedido en un viaje anterior. Para la otra persona, busqué y busqué el regalo que me pidió en tiendas de segunda mano pero nunca lo pude encontrar, así que… le tuve que comprar un objeto nuevo (es coleccionista).

Creo que para viajes futuros, será necesario tener un plan de acción bien desarrollado para poder traerles los recuerdos requeridos a mis amigos sin tener que tranzar con mis valores de consumo mínimo y consciente (y ojalá no amargarme en el intento 😛 ) 

(Si quieres leer mi análisis del gran dilema de viajar grandes distancias en avión cuando eres ecologista, puedes visitar mi informe de mi segundo trimestre sin comprar nada nuevo).

 

Frasco de harina de neem

Cómo me fue en mi segundo semestre de no comprar nada nuevo
no es una foto de harina de neem pero… está harto más bonita que una foto de mi frasquito de neem (foto de Neslihan Gunaydin en Unsplash)

Hace algunas semanas me fijé que estaba creciendo una capita blanca de hongos peluditos en la superficie de la tierra de algunas de mis plantas de interior. Pero como las plantas mismas se veían sanas, no las iba a tirar al compost a las pobres. Ya no me quedaba sustrato para poder cambiarles la tierra y no quería comprar más tierra en una bolsa gigante de plástico. Estaba pensado en quitarles la primera capa de tierra a los maceteros afectados, pero probablemente volvería a aparecer el hongo, pues las esporas seguramente siguen presentes en capas inferiores del sustrato. Debí haber investigado remedios caseros, pero antes de acordarme de hacerlo, me encontré con alguien que he seguido hace tiempo en Instagram. Y… le compré un producto mágico 😀

Pues resulta que este personaje ¡¡vende harina de neem!! Combate y repele plagas (funciona como pesticida y fungicida) Y ¡es fertilizante! Otras de mis plantitas se estaban cansando de la mala calidad de su sustrato, ahora que ya habían absorto mucha de o toda la nutrición que contenía cuando recién las planté, así que… le compré un frasco de harina de neem al señor y pude matar dos pájaros de un tiro, tanto los hongos como la desnutrición plantífera 😛 Además, este neem me va a durar años. Y cuando se me acabe, le voy a devolver el contenedor para que lo pueda volver a llenar con neem para vender. Y así sigue el ciclo de la vida…

 

2 filtros de repuesto para mi Gentoo de Ecobud

cómo me fue en mi tercer trimestre de no comprar nada nuevo
filtro para mi Gentoo de Ecobud

Para los que han visitado Santiago de Chile o son de acá, saben que el agua potable en el centro de la ciudad (bueno, en la mayoría de la ciudad, seamos honestos) es realmente mala. Tiene mucho cloro, además contiene flúor y ni quiero pensar en su carga de metales pesados. Entonces, filtro el agua que bebo. Como mi cocina es enana, no tengo espacio para uno de esos filtros ionizantes que instalas al lado o debajo de tu lavaplatos (guardo ollas, insumos y alimentos debajo del lavaplatos). Hace varios años opté por un filtro jarra Gentoo de la marca ecobud que alcaliniza el agua además de quitarle el cloro y metales pesados y reducir a casi cero el flúor y las bacterias. Mucho mejor que el filtro de mayor calidad de Brita.

Se supone que el filtro dura 3 meses pero… generalmente no lo cambio antes de 6 meses (y esa extensión forzosa de su vida útil baja la calidad del filtrado, lo sé). Como ya no puedo encontrar estos filtros en Chile, tengo que mandarlos a pedir con amigos o parientes que van y vienen de EEUU o Australia. Esto está lejos de ser una situación ideal… pero aún no he encontrado una alternativa que sea de igual o mejor estándar que el Gentoo y que calce con el espacio que tengo disponible y el dinero que estoy dispuesta a invertir. Googleé y no pude encontrar punto de recepción de TerraCycle (con quienes puedes reciclar productos difíciles de reciclar, como filtros)  en Chile, y enviar los filtros por correo a su planta en EEUU o México… No sé, como que no me parece una solución. Pero supongo que es menos malo que tirar el filtro al vertedero… ¿o sí? No me decido… Porque sí o sí voy a filtrar mi agua – quiero evitar al máximo ingerir metales pesados, cloro y flúor (metales pesados = inflamación = enfermedad y son particularmente dañinos para personas con enfermedades auto inmunes) – pero tiene que haber una forma que genere menos residuos, ¿no te parece?

Yyyyy eso… Tenía grandes sueños de llegar a cero cosas nuevas compradas este trimestre pero no lo logré. Bueno, me queda un trimestre más para ver si logro llegar a 1 sola cosa o tal vez llegue a mi meta de 0. Pero debo recordarme a mí misa: Kari, cero presión, cero juicio, cero culpa. La cosa es darle mi mejor esfuerzo, disfrutar del proceso y aprender de él.

¡Ánimo en la lucha, queridx! No permitas que te desanimen ni te quiten tu poder.

 

 

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